Marcia Castellanos.
Marcia Castellanos.
Marcia castellanos.

Reinaldo Cedeño.- Ama las mascotas, los aromas, lo esotérico. Ama la soledad. Pero, mientras ese universo le abraza o le tuerce, otro mundo paralelo le habita. Una vez que entras en su atmósfera, ya no podrás escapar. Ella es capaz de liarse con el dolor, de retroceder el tiempo. Es capaz de hacer de una novela radial un suceso, incluso en estos tiempos.

Marcia Castellanos Parra es una marca de la dramaturgia cubana. Nació en el mismo San Luis, el de Caignet, el 3 de marzo de 1955. Algo subterráneo alimenta ese pedazo de tierra oriental. Ahora mismo anda purificándose, preparando su mente para otros saltos. Ahora mismo alzo la mano para tocar su puerta…

-La vida es siempre un reto. ¿Cómo ha asumido Marcia los que le han tocado y cuánto ha marcado esa circunstancia su propia obra?

Te confieso que he sido yunque de la vida. He recibido golpes fuertes, yo diría que anestesiantes; pero he sabido enfrentarlos. Dicen que mis obras son fuertes, es verdad; pero obedezco a un subconsciente preñado de sinsabores y retos. Incluso, algunos dicen que mis novelas no reflejan amor… es que no creo en el amor edulcorado, me inclino más a una psicodramaturgia empeñada en la realidad de los conflictos humanos”.

“Alba nace en una situación especial. Estuve grave por la enfermedad que me dejó en silla de ruedas. Una noche de horribles dolores miré al cielo, vi un resplandor y pregunté si había amanecido… una amiga me dijo que era el alba y mirando al cielo me dije: “si libro de esta, la primera novela que escriba tendrá ese nombre”.

-Escenas de extraordinaria intensidad, una constante progresión, personajes delineados con mano maestra… ¿Cuánto hay de la asimilación del camino ya andado… y cuánto de la voluntad de estilo de la creadora?

“¿Con franqueza?… Escribo desde una dramaturgia diseñada por mí, una dramaturgia objetiva, palpable. La Dramaturgia es el reordenamiento de lo que pretendes contar, el regulador del conflicto. No escribo una letra sin hacer primero el bosquejo dramatúrgico. Por eso el balance, el ritmo, la diversidad de las escenas…”

“Lo otro es que dejo de ser yo y soy Él y Ella, y el niño y el anciano. Estoy en todos los personajes, no los amordazo. Todos se crecen en un momento determinado. Les doy vida a mis personajes… y que se defiendan por sí mismos, que se defiendan solos”.

-¿Qué decir a los que le han calificado como una “nueva Félix B.Caignet”? ¿Cuánto de orgullo y cuánto de distancia toma de ese autor?

“Que te comparen con un consagrado sabe bien, no hay dudas; pero siempre que me hablan del maestro Caignet digo que no tengo del todo descifrado el misterio que dicen muchos nos unen. Quizás influye la tendencia del género, el Melodrama quiero decir”.

“No creo que haya distancia, sino épocas diferentes. Quizás en su tiempo yo hubiese escrito algo similar a El derecho de nacer,y él viviendo en este convulso mundo, sería tal vez el autor de Mulata; pero amén de eso, pienso que si bien los estilos tienen bastante parecido, Caignet era más suave que yo en los textos, en el enfoque. Hay que tener en cuenta además que, aunque me ha ido muy bien con los melodramas, me fascinan los temas actuales, y con Freud en la cabeza”.

-He sido testigo de la conmoción causada por algunas de sus radionovelas, en emisoras de Santiago de Cuba, La Habana, más allá… Mulata deja sin palabras…

“Nadie ignora que Mulata es la obra que marcó mi carrera. Se pasó tres veces por CMKC, una en Radio Progreso, una en Radio Arte y no sé ya cuántas retransmisiones… y aunque parezca mentira, la siguen pidiendo. Ahora la tiene otro país, vuela esaMulata. La vinieron a buscar. Si eso no es tener “aché”, que venga Dios y lo vea”.

“También está Historias prohibidas que tiene un corte casi de serie, con varias historias que se entrelazan en la época actual. Me las arreglé para, con mucho desenfado, tratar la diversidad de género, el racismo, la falsa moral… Me da orgullo y nostalgia su recuerdo”.

-Acudo a la artista, pero no sé si le pido demasiado, al sumergirla en la piel de crítica y hasta de público… pero… ¿qué tiene Mulata?

“Su mayor logro, desde mi punto de vista, es que la escribí a escondidas porque tenía plaza fija en la televisión y no me dieron permiso para escribir en la radio. Cuando la escribí, el melodrama era un estigma en Cuba. La novela sale al aire y fue una explosión de tal envergadura que me descubrió”.

“¿Por qué esa novela arrebata, de qué trata? El clásico triángulo amoroso, de una blanca rica e irreverente (Verónica), un mulato doméstico y hermoso (Pablo) y un psicópata maligno (Enrique). No empleé arquetipos. Verónica trae al mundo una hija que no es de Enrique su esposo, sino de Pablo. El esposo como castigo regala a la recién nacida. Y la novela encuentra su punto álgido cuando quiere la casualidad que Mulata, el personaje, sea comprada por Enrique… y pasa a ser la esclava de su propia madre sin que ninguna de las dos lo sepan”.

-Guardo una foto histórica del canal Tele Rebelde en Santiago de Cuba, cuando fue la guionista de la novela Doña Guiomar (1981), versión del clásico de Emilio Bacardí. He disfrutado teatros en la pantalla con su firma… entonces ¿por qué siempre la radio?

“Yo escribí para la TV desde 1973 hasta 1990. Me gusta la televisión, pero pasé por la radio y me gustó, quizás porque la imaginación podía volar sin límites. En la radio subes a un avión o un tren, estallas petardos en plena guerra, te empleas mucho más a fondo en la sensibilidad. Captas a los oyentes por los cinco sentidos y atraparlos es un reto que me gustaba y me gusta… La TV me sigue gustando, aunque a ratos no la entiendo. No sé escribir las ¿novelas? que transmiten, te lo juro, no me salen”.

CODA: Cierro la puerta. Vuelvo a la calle bajo estos soles de Santiago. Mil palabras van conmigo, el diálogo sigue. Marcia es un asombro, un desafío, un mito. Marcia es mucha Marcia.

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