Tomás Sánchez y su catálogo de Paisaje

tomas_sanchez_2Fragmentos de las palabras de presentación del catálogo de la expo de Tomás Sánchez

/ 8 octubre, 2015.- Como se sabe, en el universo de las artes visuales en nuestro país es una realidad comprobada que cualquier actividad o noticia relativa a Tomás Sánchez, ya sea una muestra, la publicación de una entrevista o la presentación de un libro o catálogo, como es el caso que nos reúne, queda revestida de un interés especial por parte de los públicos y de la crítica. Después de muchos años de distanciamiento de los espacios expositivos nacionales, Tomás reapareció en 2014 con una muestra fotográfica en el Centro Wifredo Lam y posteriormente, en la recién concluida Bienal de La Habana, con la muestra que nos ocupa. Fue una suerte de renacer, de súbito y con fuerza, de quien nunca fue perdido de vista por los amantes del buen arte cubano contemporáneo ni por sus amigos y seguidores. Tomás y su obra estuvieron relativamente alejados, pero tan pronto corrió la voz, ambas muestras recibieron a centenares de visitantes desde sus mismas inauguraciones. Y es que aunque las muestras de Tomás desparecieron por mucho tiempo, él siempre estuvo al tanto de lo que acontecía en la cultura cubana y su generosidad hizo blanco en algunos proyectos del arte y de la enseñanza del arte. Tuve constancia personal de ello durante los años en que laboré en el CNAP. La cultura cubana y sus instituciones siempre han podido contar con su nobleza.

Esa es una marca de los grandes artistas, sus públicos no se distancian definitivamente de ellos ni de su quehacer, basta con su regreso para reactivar el interés y el disfrute de una obra de valor universal como la suya. Por otra parte, Tomás cuenta con numerosos y buenos amigos en la isla, los que lo quieren y siempre han estado a su lado.

El catálogo que presentamos reúne dos textos y las imágenes correspondientes a la muestra, además de una selección fotográfica y de notas de prensa sobre la exposición que en 1985 se le hiciera al artista en este museo. Cierra el catálogo una selección de su vasto quehacer artístico.

Los textos corren a cargo de la especialista del MNBA Hortensia Montero y de Clara Astiasarán. El primero es un breve pero sustancioso ensayo sobre la muestra Paisaje, que da título al libro. En este, Hortensia Montero exhibe un notable poder de síntesis para describirnos en pocas cuartillas el ecologismo militante, la intensa preocupación antropológica y el humanismo metafísico que distinguen la obra de Tomás. Asimismo, hace notar su misticismo genuino, el hondo contenido espiritual de sus imágenes y el preciosismo hiperrealista con que el artista recrea la naturaleza, al que considera el núcleo esencial de su imaginario.

La curadora nos habla con conocimiento de causa de la poética de Tomás, porque de eso se trata, poesía pintada o pintura con valores líricos, esencia que ella sabe trasladar al lenguaje de las palabras. No puedo menos que coincidir con la autora cuando dice sobre la obra de Tomás: es “asumida con narrativas de gran impacto, resuelta con fabulaciones y proyecciones de su libertad interior, y concebidas con una contundente construcción pictórica dentro de la lógica interna espacial y visual de la imagen”.

Coincido también en que estamos hablando de un creador que ostenta y utiliza lo que pudiera denominarse unasensibilidad inteligente, es decir, la armoniosa combinación de un espíritu sensible y delicado, fino y tomas_sanchezsutil, con una gran capacidad intelectual nutrida de numerosas lecturas y meditaciones o, lo que casi igual, una espesa cultura acumulada.

El segundo texto es una entrevista a Tomás por Clara Astiasarán, uno de los miembros del equipo de colaboradores que lo asiste diariamente. En la misma se abordan diferentes aspectos de los inicios del artista en la ENA (luego de sus dificultades con la directora de San Alejandro), de sus influencias artísticas iniciales, de las iniquidades y terribles maltratos recibidos en los setenta (con la quema de obras incluida) por parte de la intolerancia, dogmatismo e ignorancia que se apoderó de instituciones y personeros de la política cultural de entonces. Afortunadamente Tomás supo imponerse a estas adversidades y continuar obstinadamente con su trabajo.

Digamos que es una entrevista que nos revela el mundo interior de Tomás, sus claves estéticas, ya delineadas en el texto de Hortensia Montero; también aparecen muchas de sus ideas y conceptos sobre el mundo en que vivimos y sobre su filosofía existencial. Una idea que parece axial, que la naturaleza puede ser abrumadora, pero que siempre te ofrece en cambio la capacidad del asombro, resplandece en este texto.

También en el ameno diálogo se habla sobre la gran interactividad que existe entre fotografía y pintura en la obra de Tomás, la importancia que el artista le concede a la meditación o control de la mente dentro del proceso de gestación de las imágenes o, lo que es lo mismo, la concepción intelectual del paisaje; igualmente se habla sobre la consciencia de que las leyes del diseño operan o encuentran su equivalencia en la forma en que se estructura el arte, la idea de que las sociedades modernas se han convertido en desmesuradas productoras de basura y desechos, así como la comprensión de la necesidad de la humildad en el ser, en fin, una conversación en la que a las hábiles preguntas el artista entrega mucho de su forma de ver la vida y el arte en sus respuestas.

Impreso en Selvi Artes Gráficas, el taller valenciano que ha dado numerosas pruebas de su calidad y eficacia, el objeto-catálogo es hermoso en su concepción y diseño, realizado por Víctor Cabrera y Cristina Rodríguez. Marcado por un toque minimalista y de pulcritud, es un nuevo volumen que se suma a la ya voluminosa bibliografía existente sobre la obra de Tomás a lo largo de décadas.

Recomiendo la lectura de este libro, dice mucho del artista y de su cosmovisión, del tiempo que le tocó vivir y de su manera de encarar los desafíos del arte. Creo que es, a su vez, el testimonio del feliz regreso de la obra de Tomás Sánchez al panorama del arte cubano contemporáneo, de su fecunda inserción en un quehacer artístico que no se detiene y que sigue ganando admiradores en todo el mundo.

Tomado de la revista Art ON Cuba

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