«Pensé que era una broma», ha confesado con humor el escritor peruano Mario Vargas Llosa galardonado hoy con el Premio Nobel de Literatura desde el Instituto Cervantes de Nueva York, quien se ha declarado feliz y sorprendido por la concesión del premio más prestigioso de las letras.
Tomado del diario catalán La Vanguardia.
Eran las cinco y media de la mañana, cuando sonó el teléfono, ha explicado el novelista, que estaba leyendo El Reino de este mundo de Alejo Carpentier y preparando su próxima lección en la Universidad de Princeton. No se lo creyó en un primer momento, ha asegurado. «No llamemos a mis hijos hasta que se confirme», dijo a su mujer tras colgar el teléfono.
«Todavía no he tenido tiempo de pensar en lo que significa este premio», ha dicho el autor que sólo tiene claro que su vida se le va a complicar.
Vargas Llosa ha reiterado que parte del premio que recibirá se lo debe a España y ha agradecido la confianza depositada en él por parte de las editoriales españolas. «España era un país que no era el mío y se ha convertido en mío», ha afirmado y ha hecho una encendida defensa de la lengua española como «lengua común».
El escritor peruano ha eludido hablar de su tormentosa relación con el colombiano Gabriel García Márquez aunque ha agradecido un supuesto twitter del autor de Cien años de Soledad en el que aparentemente le felicitaba pero que finalmente ha resultado ser una broma de un seguidor de Gabo.
En la rueda de prensa, Vargas Llosa no ha podido eludir las preguntas sobre las cuestiones políticas que impregnan sus libros y su pensamiento; ha defendido la libertad y ha condenado los regímenes de Cuba o de Chávez como antes había condenado la dictadura chilena.
Ha apostado por promover la literatura en las nuevas generaciones.