
Tres partidas repentinas dejan de luto, el inicio de enero, a las letras cubanas: Rufo Caballero, el crítico minucioso, de implacable escalpelo, lo atenazó un cáncer y se lo llevó en minutos. Ángel Luis Fernández conocido lingüista, editor y traductor le falló el corazón, esa bomba tan delicada para la vida y el amor; y, por último, la compañera de los años de casi todo el mundo, Mercedes Santos Moray, filóloga, ensayista y periodista; se retiro por mano propia el ocho de enero, sola y desencantada, según me han dicho, y la encontraron hoy en su apartamento. Al cuerpo, por supuesto, ya esperando pasar a la voraz naturaleza.
Para ellos, nuestro recuerdo y perdón. Que sus almas se eleven sin peso ni pesares. Tú sabes, Señor, lo difícil que es el mundo. Trátalos con tu misericordia y envuélvelos en luz.
Acabo de encontrar esta triste noticia. Lo lamento profundamente. Rulfo Caballero fue compañero nuestro de trabajo en el Centro Provincial de Cine; parco en el trato personal y a la vez profundo, le distinguió ser un profesional riguroso y exquisito que torturaba la mediocridad e invitaba a elevarse desorientando toda frontera.
Concepción Cambeiro/ Barcelona, 8 de agosto de 2011.
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