Se definía a sí mismo como «un autor autofágico», pues era de sus propias experiencias de donde extraía la fuerza para crear.

Con profunda tristeza anunciamos el fallecimiento del escritor y periodista cubano Armando de Armas (1958-2024), ocurrido este miércoles. Su partida deja no solo un vacío en quienes tuvimos la fortuna de conocerlo, sino también un legado de admiración, recuerdos imborrables y convicciones firmes. Armando fue, para todos, un hombre coherente, genuino y fiel a sus principios.

Se definía a sí mismo como «un autor autofágico», pues era de sus propias experiencias de donde extraía la fuerza para crear, siempre avanzando hacia nuevos horizontes literarios. Un gran amigo de mi hermano y una presencia invaluable en mi vida personal y profesional.

Armando siempre estará con nosotros. Sus libros y su memoria seguirán acompañándonos, y al cerrar los ojos, lo evoco en Cienfuegos, en un banco del Prado, conversando con Chema o compartiendo en casa de Billy y Raque, con su sonrisa, su trago en mano y sus claras ideas.

Gracias por tu compañía, por tus sabios consejos, y por estar presente en la presentación de mi libro, cuando me dijiste: «Qué fantasías, no cambies». Mandy, tu luz no se apagará; siempre estarás con nosotros.

Descansa en paz, Armando de Armas.

MEI Estrada Irizarri, Miami, 9 de octubre 2024