Del 15 de enero al 16 de marzo del 2026, el GRAMMY Museum de Los Ángeles presentará la exhibición “Selena: From Texas to the World”. Será la primera vez que objetos personales de la artista, resguardados en el Selena Museum de Corpus Christi (Texas), se exhiban fuera de su estado natal.

Selena Quintanilla, la Reina del Tex-Mex.

Raysa WhiteAkerunoticias.

Hay voces que dejan de sonar, pero no mueren. Siguen respirando en la memoria de quienes las amaron. Selena Quintanilla fue una de esas voces. Nació en la frontera, – Lake Jackson, Texas- entre dos idiomas, dos mundos, dos identidades. Y desde allí levantó una música que no pedía permiso para ser alegría, amor y raíz.

Antes de los escenarios multitudinarios, hubo una niña que cantaba con timidez en el restaurante familiar, una adolescente que vestía de lentejuelas porque no se podía costear diamantes, y una mujer que se inventó a sí misma, mientras todos la miraban crecer. Selena fue talento y ternura, disciplina y chispa. Era, como su voz, una mezcla de fuerza y dulzura.

Cuando la bala injusta malogró su cuerpo, no pudo silenciar su símbolo. Porque Selena ya se había convertido en un mito. Selena ya era una promesa cumplida. De modo que su música quedó latiendo dentro de todos, enseñándonos que la frontera puede ser un puente y que la identidad artística, cuando se coteja con lo auténtico, con lo profundo de cada ser, se vuelve eternidad.

Homenaje que romperá fronteras

Y he aquí que del 15 de enero al 16 de marzo del 2026, -para aquellos que aun sienten cuando vibra el pulso de su voz- el GRAMMY Museum de Los Ángeles presentará la exhibición “Selena: From Texas to the World”.

Será la primera vez que objetos personales de la artista, resguardados en el Selena Museum de Corpus Christi (Texas), se exhiban fuera de su estado natal.

El vestido blanco de los Grammy de 1994, su micrófono con el brillo de su lápiz labial, bocetos de su línea de moda y más de una docena de reliquias, narrarán la historia de una cantante mexicano-estadounidense de ascendencia mexicana, que transformó la música tejana en una bandera universal.

El homenaje no es sólo una muestra de sus objetos, es, más bien, un diálogo entre generaciones que siguen amando su voz.

Una sombra que no pudo apagar su luz

Sin embargo, detrás del mito hay una herida que el tiempo no ha podido cerrar. La traición, porque el golpe vino de donde menos se esperaba. De una persona, en quien había depositado su confianza. Una infame mujer que se acercó bajo el disfraz de la admiración y el afecto.

Esa confianza -tan propia de las almas nobles, de los corazones ingenuos- fue  la que le costó la vida, la que convirtió el desenlace en tragedia. Porque lo más triste de todo lo ocurrido no fue la muerte de la joven estrella, sino el intento de convertir ese crimen en espectáculo.

Con el paso de los años, quien le arrebató la vida ha intentado justificar lo injustificable, distorsionando la memoria de una artista que solo creyó en la lealtad y en la amistad. Pero ninguna mentira podrá cambiar lo que el mundo vio con sus propios ojos: la inocencia enfrentada a la mezquindad.

Selena no perdió la vida. Su vida le fue robada por la sombra de una ambición enferma. Y hemos de premiar a la justicia —tanto la humana, la legal, como la del tiempo— porque ha sabido mantener su voz en su sitio y la oscuridad en el suyo.

La asesina de Selena Quintanilla, Yolanda Saldívar, no ha sido indultada ni liberada. Ella fue condenada a cadena perpetua en Texas, Estados Unidos y; a principios de 2025, después de cumplir 30 años de su condena, unidos a un rosario de falsedades y forcejeos, se revisó su caso para la libertad condicional. Y en marzo del mismo año, sin ningún temblor, la Junta de Indultos y Libertad Condicional de Texas negó su solicitud de libertad condicional.

Actualmente, la señora asesina Yolanda Saldívar permanece en prisión en la Unidad Patrick L. O’Daniel en Gatesville, Texas.

La próxima vez que podrá solicitar la libertad condicional será en marzo de 2030. Y pensamos que, tómese la decisión que se tome, en el tiempo que sea, no habrá perdón. Porque hay crímenes que el universo no perdona, y hay luces, como la de Selena, que ni la muerte ni la infamia pueden apagar.

Selena sigue siendo un puente entre culturas, generaciones y corazones que aún bailan al ritmo de su energía apasionada, de esa alegría que, solo ella lograba transmitir.

Selena, la Reina del Tex-Mex, no pertenece al pasado. Su alma habita en cada nota registrada en el espacio, en cada joven valiente que se expresa segura en sus anhelos y en cada mujer que se atreve a brillar con su propia luz. Una luz capaz de remover el escenario con una aureola clara, alegre y eterna, como ocurría en los tiempos cuando cantaba Selena.

Raysa White, escritora y periodista.