En el verano del año 2007, una curiosa noticia surgió en los periódicos: Había sido desvelada la discoteca de Hitler. Se sabía positivamente que al dictador le apasionaba la música clásica, pero la concreción de este hecho resultó sorprendente. Resulta que el oficial de la inteligencia militar soviética que inspeccionó el búnker donde murió Hitler, llamado Lew Besymenski, encontró allí diferentes objetos personales del führer, y entre ellos, su colección privada de discos. Una colección que conservó durante todos estos años y que se hizo pública después de su muerte, precisamente en el 2007 y fue su hija la que, en un artículo a la revista alemana Der Spiegel , desveló en qué consistía este curioso hallazgo.


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Sin embargo, lo más sorprendente se encontró en una grabación del concierto de Tchaikovsky realizado en 1928 con la orquesta Staatskapelle de Berlín, que incluía un tema interpretado por el violinista polaco de origen judío Bronislaw Huberman, quien debió abandonar Europa tras la invasión nazi a comienzos de la Segunda Guerra Mundial. (Tomado del blog HISTORIA DEL MUNDO CONTEMPORÁNEO, profesor JL Trujillo, España)